Tres años de cambiar la forma de hacer periodismo en la región

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En julio de 2020 nació Disonantes Radio, una apuesta colectiva en la que se busca diversificar las voces e incluir a las, los y les jóvenes en conversaciones políticas, sociales y ambientales.

“[…] Nace de la iniciativa de hacer radio desde la gente y para la gente, en un principio como un ejercicio de radio y comunicación alternativa con enfoque político y cultural”, recuerda Sebastian Martínez, quien hizo parte del medio en sus inicios como diseñador sonoro y posteriormente como locutor de la sección “Raices Disonantes”, en la que se apreciaba y contaba la historia de la música.

En este tiempo, al equipo no solo han ingresado comunicadores, sino también otros/as profesionales que le aportan una visión interdisciplinaria al medio y que posibilita que este también se convierta en un escenario en el que se aprende desde la comunicación y la colectividad.

“Empezamos con un equipo como de 10- 12 personas, donde nos dividimos los programas todas las noches, donde no sabíamos cómo hacer una entrada o una escaleta y fuimos aprendiendo pasito a pasito absolutamente todo eso; todo lo maravilloso que es estar frente a un micrófono. Los nervios, cuando saludas, todas esas experiencias creo que es lo más bonito”, añade Camila Ocampo, quien durante dos años hizo locución y acompañó programas sobre salsa, ciudad y cine.

A medida que el equipo inicial cambió, el medio fue mutando a su paso; por lo que, de estar en la sala de uno de sus integrantes, con micrófonos prestados y con transmisiones en Facebook pasó a ganarse un espacio en la radio pública de Villavicencio (La Nueva Villavo FM 97.3) y a tener unas redes sociales fuertes en las que las conversaciones que tenía en cabina empezaron a resonar e incomodar en otras partes del mundo, sin perder la mirada regional.

“El reto más fuerte es crear conciencia y periodismo alternativo en una sociedad que no tiene su historia clara y en la que muchos ejercicios de periodismo alternativo son y han sido mermados por la violencia física y simbólica”, menciona Sebastian, al referirse a los retos que enfrentaron (y siguen enfrentando) para hacer, como lo dice su slogan, “La comunicación como nunca antes”.

Haciendo honor a su slogan y con la convicción intacta de que se debe incluir la voz y mirada de las, los y les jóvenes, el medio ha innovado en su forma de comunicar y ha adaptado su lenguaje para ser más cercano con estas poblaciones, eso sí, sin perder el enfoque y sin dejar a un lado la defensa y reivindicación de los derechos, el movimiento estudiantil,  y la contracultura de la región y el país.

“Ha sido un reto bastante difícil abrir camino, sobre todo crear público, pero yo creo que, con el excelente trabajo que ha venido haciendo todo el equipo de Disonantes Radio en todos estos años, nos hemos dado cuenta que en nuestra región si hay personas que quieren un cambio, si hay personas que quieren construir los Llanos a través de formas diferentes a las que estamos acostumbrado; a través de la cultura, la música, viéndola de una forma totalmente diferente”, señala Camila.

La apuesta, lejos de quedarse únicamente en los medios de comunicación y en limitarse a informar, se convirtió en espacios de conversación y aprendizaje para las comunidades, logrando así que en 2022 se realizará el primer foro ‘La imagen de la mujer en los medios’, donde se reflexionó sobre la violencia sistemática que persiste al hablar de las mujeres y las diversidades en estos. Así mismo, en 2023, se abrió la Escuela de Comunicación Disonantes con jóvenes del colegio Manuela Beltrán del barrio Popular de Villavicencio.

“La evolución más significativa ha sido la creación de escuela de comunicación, así mismo la consolidación de una marca de periodismo alternativo que se mantiene en el tiempo, creo que puede llegar a ser un medio de opinión importante a nivel local y regional”, señala Sebastian.

El proceso de formación de comunicadores y comunicadoras se empezó a replicar y a recibir el apoyo de personas interesadas en contribuir sus conocimientos, habilidades y experiencias a un espacio pensado desde el cuidado, la formación del pensamiento crítico y la inclusión.

Camila Ocampo

De este modo, llegaron voluntarios y voluntarias como Robinso Araujo, Sara Montenegro, entre otros, que facilitan la realización de las clases o dan talleres; igualmente, entidades como la ARN y movimientos como Yo Puedo, permitieron abrir una segunda escuela en la Institución Educativa Las Palmas, donde integrantes de Disonantes forman a niños, niñas y adolescentes de bachillerato en temas como género, comunicación y cuidado del ambiente. Esta, que es la más reciente iniciativa, está en proceso de construcción con las dos organizaciones mencionadas.

En tres años de existencia el medio ha podido garantizar su estabilidad económica y se ha convertido en un laboratorio experimental en el que se aprende y cuestiona muchas de las prácticas propias del sistema, por lo que, sin duda, Disonantes en este nuevo año de vida que cursa mutará (y lo seguirá haciendo) para estar más cerca de su gente y para hacer transformaciones en el territorio.

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