Amar (se) desde la diversidad: experiencias de vida de personas OSIGD en el llano

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El departamento del Meta y los llanos en general están catalogados como las regiones más machistas e inseguras que existen para las diversidades sexuales o de género; en el territorio, las violencias van desde el castigo social (apartarles de sus familias, prohibir el ingreso a lugares, hacer “chistes” sobre su orientación, etc.) hasta negarles derechos como la educación, la salud, el libre desarrollo de la personalidad y el trabajo.

Dichas situaciones han desencadenado graves violaciones a los derechos fundamentales que se reflejan en el desplazamiento, la tortura, asesinato y desaparición de las personas con orientación sexual e identidad de género diversa, quienes se han visto obligados a re-exisitir y florecer en un ambiente hostil e inseguro.

En este reportaje buscamos visibilizar las violencias que persisten en contra de las personas OSIGD y resaltamos la resiliencia e iniciativas individuales y colectivas que tienen para sobrevivir a un sistema patriarcal que oprime, agrede e irrespeta la diversidad.


Lo que la guerra truncó

Juan, de 22 años, salió de su ciudad de origen tras el asesinato de su padre. Para él, esa fue la primera  vez que se le arrebató la oportunidad de ser, pues eso significó no tener una familia completa y emocionalmente dispuesta para acompañarle en su proceso de aceptación, exploración e identificación como una persona con experiencia de vida trans no binaria.

En su colegio, vivió LGBTIQFobia por parte de los docentes, quienes se empeñaron en perseguir y castigar las expresiones que tenía porqué, según ellos, no correspondían a la de un hombre cis género heterosexual.

“Me hicieron persecusión a base de mi orientación y expresión de género[…] como yo me vestía, como yo me expresaba, siempre era un tema de conversación entre los profesores […] los educadores fueron bastantes violentos”, recuerda.

Aunque las y los docentes intentaron decirle que no había espacio para la diversidad, se empeñó en crear espacios seguros en su institución para que otres compañeres pudieran ser libres, sin el miedo al rechazo o la señalización.

De este modo empezó a formar su liderazgo dentro de la comunidad OSIGD y a participar de colectivos en los que se buscaba garantizar los derechos humanos. Esto lo llevó a fundar en 2019 junto con compas como Zoel Monasterio, la organización Tejido Nacional de Juventudes en el que hacen incidencia en pro de las garantías de derechos.

Así mismo, se integró a la mesa participativa LGBTIQ+ de Villavicencio, colaboró y colabora en la organización de la marcha anual del orgullo y ha hecho esfuerzos interorganizacional con la ONU, la Agencia de Renovación del Territorio y administraciones locales, departamentales y nacionales para promover y visibilizar iniciativas que le apuestan a dignificar y reconocer otras formas de ser en la región.

Pero, la resistencia de Juan no ha sido únicamente en el ámbito político y social, pues el arte en todas sus expresiones han servido como un vehículo de transición y transformación en el que se siente segure y con el cual, puede externar su alegría, dolor y fortaleza.


Florecer a su ritmo

El arte, en especial la música es el abono que nutre, fortalece y hace posible que Sofía florezca. Desde esta trinchera ha resistido a la misoginia y la transfobia que ha encontrado tanto en la sociedad como en la comunidad LGBTIQ+.

“La música ha sido esa manera de exteriorizar lo que siento, cada vez que estoy en una tarima me siento orgullosa de saber que existen poquitas mujeres trans que son artistas, que son cantantes y saber que, igual como en la vida, tenemos que luchar para ser nosotras mismas[…] me da gusto mostrar una imagen diferente a la que tiene el mundo de la personas trans”, asegura.

Pese a no tener el apoyo de su familia, esta llanera nacida y criada en el llano empezó su transición el 31 de diciembre del mismo año en que cumplió sus 18; ya han pasado más de 12 años desde que tomó esa decisión que, aunque la alejó por un tiempo de su familia, le permitió conectarse con ella y su cuerpo.

Transitar no ha sido fácil, primero, porque el sistema de salud pone muchas barreras para garantizar el derecho que tiene toda persona a recibir los tratamientos necesarios para la reasignación de sexo y género; y segundo, porque las oportunidades laborales son muy límitadas, por no decir nulas. Sobre esto, Sofía cuenta que, por ejemplo, tuvo que instaurar un proceso legal para que un hotel le permitiera hacer sus prácticas profesionales o que, como artista se le ha negado la oportunidad de participar de concursos o de subirse a un escenario para enamorar al público con la potente voz que posee, una vez reconocen que es una mujer trans.

Ante la injusticia y discriminación, hace seis años empezó a trabajar en pro de los derechos de las personas OSIGD tanto en la política como en lo social, logrando así, aportar a que la política pública de Villavicencio incluyera temas de salud y educación con enfoque diferencial. Así mismo, ha hecho una labor incansable de educar a servidores públicos en temas de diversidad para que la atención de estos responda a la empatía y garantía de derechos.

En estos momentos Sofía se encuentra en la lucha también de que en la ciudad se empiece a dar unos descuentos o beneficios en el pago de impuestos a aquellas empresas que contratan a personas trans y construyen espacios de equidad, respeto y empatía con las diversidades; así mismo, está enfocada en la creación de contenido relacionada con su música para abrirse espacio en el mundo artístico que, al igual que en todo el sistema, trata de invisibilizar a las personas trans.


Vencer el miedo

Hace un año, a sus 18, Estiven Steban se declaró abiertamente bisexual. Lo que había tenido oculto por el miedo, salió a flote para darle fuerzas e impulsarlo a hacer un trabajo social y político en pro de las personas con orientación e identidad de género diversa en la región.

Cuando tenía seis años junto con toda su comunidad fueron desplazados de sus territorios ancestrales por el Ejército y grupos armados ilegales. A su corta edad, fue testigo de la manera en la que torturaban y amenazaban a su padre para que abandonara las tierras. 

Fotografía: Stiven Pérez

Así fue que este jóven llegó al llano, donde en su pubertad descubrió su atracción por personas de género femenino y masculino; gusto que mantuvo oculto durante un tiempo por miedo a los actos de homofobia, violencia y estigmatización que vive la diversidad.

“Ese es mi miedo al yo demostrar lo que realmente soy, por eso soy muy reservado”, señala Estiven quien, pese a que años atrás había hablado con su familia sobre su orientación, hasta el año pasado se empezó a reconocer públicamente como una persona OSIGD para hacer incidencia política y social en defensa de los derechos.

Es así que, ha integrado movimientos y partidos políticos como la JUCO donde vela por la garantía e inclusión de las personas LGBTIQ+ sobre todo en temas laborales, donde denuncia, se excluye a cualquier persona que no cumpla con los cánones y roles de género impuestos por la sociedad y cultura.

Fotografía: Stiven Pérez

Adicional a esto, ha encontrado en el arte y el teatro la oportunidad de resistir, denunciar y acompañar a las personas de la comunidad y a víctimas del conflicto. Ese lado artístico lo ha hecho integrar la obra de teatro foro ‘La vida de las ausencias’, en el que se relata lo que viven las madres buscadoras del Meta y Guaviare en su trabajo por buscar la verdad, justicia y no repetición.


Transformando desde la educación 

Ángel Pardo es un docente universitario de 28 años homosexual, quien desde la academía está luchando por eliminar las brechas de desigualdad que existen al igual que, construir ecosistemas educativos en los que no se persiga la diversidad.

Cuando tenía 15 años descubrió que le gustaban los hombres y que al estar con uno se sentía cómodo, sin embargo, por miedo ocultó esto, sobre todo cuando le contó a su madrastra quien le afirmó herméticamente que, “nadie se debía enterar de tus debilidades”.

“Me obligaba ir a la iglesia cristiana y cuando el pastor hablaba de los homosexuales […] para mi era bastante complejo y crítico. Yo me sentía confundido. Es un pecado ser gay, ser lesbiana, ser difrente es un pecado, entonces sí fue bastante complejo. Yo vine a ser más libre, más frentero de lo que soy cuando cumplí 18 años, me di de cuenta que yo quería ser quien yo era, libre, amar a quien yo quisiera y que tener una orientación distinta a la heterosexual no me hacía menos”, asevera.

Tras huir de la violencia que vivía en su hogar, Ángel se encontró con un mundo aún más violento en el que ha tenido que sacar su lado más fuerte para resistir. Las acciones homofóbicas en contra de él y su pareja se han expresado en insultos, humillaciones y agresiones físicas cuando van por la calle o expresan su amor en cualquier lugar. Así mismo, Ángel ha tenido que vivir la discriminación laboral por razones de su orientación.

Pese a todo esto, el corazón y la mente de él no cambian, pues sigue creyendo  que la educación es una herramienta poderosa para generar estos cambios estructurales que dignifiquen y respeten la vida.

“Yo he resistido desde la educación. Ya son 11 años siendo parte del sector educativo, formando personas desde el ámbito profesional, universitario, de la primaria, el bachillerato y también desde lo social, aportando a las comunidades, poder apoyarlos en los procesos de afrontar situaciones donde se han vulnerado sus derechos, todo desde la educación y el ámbito del emprendimiento”.

Además de esto, Ángel es creador de contenido digital, dueño de una empresa de publicidad y actor.

Ser OSIGD y tener un liderazgo es ser el triple de vulnerable

De acuerdo con cifras de Colombia Diversa, de los 148 asesinatos de personas LGBTIQ+ en el país, 10 fueron en contra de lideres y lideresas de la comunidad quienes enfrentan tres riesgos: el primero, por se defensores de DDHH; el segundo, por tener una orientación e identidad de género diversa y tercero, por defender a una población históricamente discriminada.

Lo anterior es un fuerte llamado a proteger y garantizar los liderazgos de personas como Juan, Sofía, Estiven y Ángel quienes son visibles y quienes están levantando su voz en contra de un sistema que los quiere borrar.

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One thought on “Amar (se) desde la diversidad: experiencias de vida de personas OSIGD en el llano

  1. Opino que por ser de El salvador me sorprende demasiado el ver las opiniones ,crecimiento , puntos de vista y opiniones de cada . Que han sufrido mucho en esta vida , por nosotros mismos los humanos que no nos apoyan mutuamente, por solo ver nuestro propio bien sin importar que le pasan a los demás y sin saber que sienten porque son así porque sufren y todo porque lamentablemente así somos los seres humanos pensamos en uno mismo cuando debería de ser en pensar en los demás ser unidos todos, todos para así tener una buena calidad de vida , un apoyo mutuo hacia la humanidad y tener un planeta donde el odio, homobmfobia ,discriminación y repudio sea un virus que se elimine y que fabriquemos que pongamos manos unidad sin importar genero , color , país y todo para tener un mundo mejor ….

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