#Ras2022 De pequeños toques a escenarios masivos en ocho años de existencia
El Festival Rock al Sistema cumple ocho años de ser un encuentro importante para el rock y la cultura alternativa en la ciudad, sin embargo, la idea de poner a la Orinoquía a rockear nació desde mucho antes, cuando estudiantes de la Universidad de los Llanos se organizaban para hacer toques ‘clandestinos’ y ‘revolucionarios’ en esa institución.
Lo que hoy es uno de los eventos masivos más importante de la región, nació de una conversación entre Fabián Torres (El flaco), voz y baterista de Régimen (en ese entonces); Felipe Castañeda guitarrista de Monja Guerra y Andrés Poches, integrantes del colectivo cultural ‘El Varado’, organización estudiantil que coordinaba y organizaba toques pequeños al interior de la Unillanos.
“Le empezamos a dar forma a la idea del festival el cual bautizamos como ROCK AL SISTEMA porque se podía leer como “roca al sistema” una clara alusión al carácter contestario y antisistema que se planteaba el festival”, recuerda Andrés Poches.
El 31 de octubre de 2014, el sueño de estos tres jóvenes de llevar la cultura alternativa a escenarios más allá de los muros de la universidad, se hizo realidad, iniciando la tradición de hacer año tras año una versión nueva y mejorada del RAS, sin dejar atrás el mensaje político que este representa.
“Existen varios logros que hemos alcanzado con el festival, el primero de ellos ha sido lograr mantenernos en el tiempo, esto es importante, ya que el festival Rock al Sistema se vio truncado en los años 2018 y 2019 por los problemas de la vía Bogotá – Villavicencio y la consecuente crisis económica que esto representó para la región, posteriormente, el año 2020 fue complejo debido a la pandemia del COVID-19. Finalmente el festival logró volver a escenarios el pasado 12 de diciembre de 2021 con la quinta edición y el próximo 29 de octubre realizaremos la 6ta edición”, señala.
Este espacio por excelencia para distribuir y circular las propuestas musicales de los subgéneros del rock en la Orinoquía ha permitido que se profesionalicen las bandas locales y tengan igualdad de condiciones para su presentación ( Mismos instrumentos, visibilización, prueba de sonido, etc.), como lo tienen las bandas nacionales.
“Cuando realizamos nuestro primer escenario de audición de bandas locales, muchas de ellas no tenían conocimiento de que era un PRESSKIT, un RIDER TECNICO, un INPUT LIST y gracias a las mismas audiciones y a la retroalimentación de los jurados expertos se fue calificando y avanzando en temas de composición, ejecución técnica y ensamble musical”, rememoró Poches.
Un sueño auto-gestionado
Antes de que se conformara RAS oficialmente, estos jóvenes apelaban a sus propios recursos, los de la universidad o los de sus compañeros/as para realizar los toques, por lo que, el abrirse espacios y conseguir lo necesario para resaltar la cultura de la región no es nada nuevo para ellos.
“La financiación es un reto inmenso, es lo que no nos ha permitido hacer cosas muchísimo más grandes. La financiación pública es una cosa prácticamente imposible. Que una entidad pública financie es demasiado difícil. La institucionalidad es algo muy muy difícil que no nos ha permitido desarrollar a plenitud el Festival, como quisiéramos nosotros”, aseveró Felipe Castañeda, uno de los fundadores del RAS.
El ambicioso sueño de realizar un Festival a la altura de los que tienen otras ciudades del país como Bogotá, Ibagué, Manizales o Medellín ha hecho que estos apasionados del Rock busquen financiación a través del Gobierno Nacional, Local y empresarios de la región, logrando conseguir recursos, sin embargo, no siempre son los suficientes para cubrir todos los gastos que implica este tipo de espacios.
“Desde la 5ta edición, el equipo de trabajo del festival se ha encargado de presentarse a convocatoria del Ministerio de Cultura, las cuales hemos ganado en las últimas dos oportunidades, sin embargo, aunque esos recursos son importantes no alcanzan a cubrir ni un 20% de los costos totales del festival”, explica Andrés Poches.
Pese a este panorama, en versiones anteriores solo una vez se había cobrado la entrada al Festival y este año, para su versión número seis, se volverá a cobrar taquilla por un valor de $10.000, que ayudará a solventar los gastos de tarima, sonido, alquiler de equipos y demás que no se alcanzan a cubrir con los recursos ya existentes.
Es de resaltar, que las manillas se consiguen el mismo sábado 29 de octubre en la entrada de la Biblioteca Germán Arciniegas desde la 1:00 p.m. y que, durante la primera hora, tendrán un valor del 50% de descuento.
RAS un espacio donde convergen las diferentes expresiones culturales del llano.
“El reflejo de una ciudad incluyente, democrática y moderna se da con el apoyo a las propuestas musicales y culturales que surgen en su seno[…] desde el festival consideramos que toda expresión artística creada en el seno de los llanos orientales puede y debe ser considerada como cultura llanera”, afirma Poches, para quien, el Festival RAS se ha convertido en una vitrina para esas propuestas ruidosas, extremas y alternativas que se gestan en la ciudad.
Además de ser el epicentro de reunión de la cultura, RAS también ha apoyado a los comerciantes y emprendedores que siempre tienen un lugar para comercializar y darse a conocer.
Así mismo, ha sido el impulsor de otro evento de rock que tiene un mensaje político y social feminista: Las Chicas Van A Rockear, iniciativa que nació de la gestión de mujeres por arrebatar y adueñarse de esos espacios que históricamente se los han robado.
“Las CHicas Van a Rockear también tiene un mensaje político fuerte. Dicho festival es organizado esencialmente por las mujeres que hacen parte del equipo de trabajo de Rock Al Sistema y que también hacen parte de DISONANTES RADIO”, aseguró.
La sexta versión de RAS rinde tributo a las Cuadrillas de San Martín
La sexta versión de RAS que se realizará en el parqueadero de la Biblioteca Germán Arciniegas este sábado 29 de octubre desde la 1:00 p.m. cuenta con la participación de The Clap, Hellfire, K 93, Salidos de la cripta, Skanking, La Malafarra, pero además con la presentación especial de niños, niñas y jóvenes de la escuela Santa Cecilia de Corcumvi, dirigidos por Sebastián Martínez -Integrante del equipo organizador del Festival-, quienes descrestarán al público con un ensamble de guitarras.
”Este hecho demuestra nuestro interés por constituir nuevos públicos e incentivar nuevos talentos. Es muy probable que de ahora en adelante, siempre tengamos un espacio para la presentación de nuevos talentos de niños, adolescentes y jóvenes”, puntualizó Poches.
También, se hará un homenaje a la basta historia y el legado cultural que tienen las Cuadrillas de San Martín, con el fin de seguir difundiendo las tradiciones llaneras e incentivando el turismo, sobre todo en noviembre, fecha en la que se realizan estos juegos.
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