El Meta sin garantías para la participación política de las mujeres

El Meta sin garantías para la participación de las mujeres en la política

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En medio del panorama de elecciones locales y regionales, la falta de garantías e instrumentalización de la lucha política de las mujeres y diversidades por sus derechos sigue dejando un sin sabor e imposibilitando que las mujeres puedan acceder a cargos de poder dentro de la rama ejecutiva y legislativa del departamento; territorio en el que en 2023, una candidata tuvo que desistir de su aspiración a ser alcaldesa por amenazas en contra de sus hijos(as) y en el que algunos Concejos, como por ejemplo el de la capital, no cuenta con representación femenina.

En este artículo, desde las voces de lideresas políticas de la región, abordaremos algunas de las raíces de esta problemática que ahonda en la brecha de género y niega la posibilidad de que en el Meta se gobierne desde una perspectiva interseccional que tenga en cuenta las necesidades reales de poblaciones que históricamente han sido vulneradas.

No es solo cumplir con la cuota de género

En el 2000 Colombia empezó a hablar de igualdad en los cargos de representación, por lo que se intentó impulsar la ley 581 con la que se establecía la reglamentación para la participación de las mujeres en las diferentes ramas y órganos del poder público; sin embargo, dicha iniciativa fue negaba bajo el argumento de que era ‘inconstitucional’. 11 años más tarde, llegó la ley 1475 [Ley de Cuotas] que obliga a las listas —donde se elijan cinco o más curules— a conformarse con al menos un 30% de uno de los dos géneros con el fin de revertir situaciones de desigualdad y superar las barreras de acceso.

Dicha medida en junio de 2023 fue reformada en el Congreso y se espera que haya conciliación para establecer en la ley que las listas con menos de cinco candidatos tengan una mujer inscrita; mientras, las comisiones, los debates, foros internacionales, comité de expertos, entre otros, tanto en el parlamento como en el Gobierno Nacional, deben de estar compuesto por el 50% de mujeres.

Sin duda, esta medida ha facilitado la aspiración de mujeres a cargos dentro del legislativo y el ejecutivo, no obstante, no han sido suficiente, pues desde los partidos y movimientos se ha hecho un esfuerzo por cumplir con las cuotas, más no por brindar las garantías reales para que las mujeres puedan ser electas.

“Sigue repitiendo una conducta y esa conducta es vincular a mujeres solo por ‘relleno’ y esa es una instrumentalización del género y entonces, si necesitamos llenar las ‘cuotas de género’ , buscamos tres mujeres que lo llenen, pero no las dejamos liderando las listas o en números que sean favorables o que la campaña esté diseñada para priorizar esa candidatura”, explica Nelly García, integrante del partido Mira y del Movimiento de Mujeres Yo Puedo con el que está fortaleciendo los liderazgos de las mujeres y las jóvenes para que incidan en sus territorios y en la política.

Sumado a esto, hay que reconocer que las mujeres continúan ejerciendo labores de cuidado y trabajo no remunerado en sus casas, pues, en cifras del estudio del uso del tiempo hecho por el Dane en 2021, el 90,4% de las mujeres realizan esta labor e invierten un promedio de 7 horas con  40 minutos diarios en el; lo que visto desde una mirada de género, implica que ellas deben cumplir con la carga del hogar, el trabajo y si son candidatas o lideresas, con todas las responsabilidades que implica esto; de allí que muchas desistan.

Adicional, señala Alejandra Mayorga, ejecutiva nacional del Polo Democrático e integrante de la Veeduría de Mujeres Libres de Violencia, las mujeres y personas sexo-género diversas sufren de violencia politica que se expresa en desde el tener que validar sus argumentos, ideas y posturas; la sexualización de sus cuerpos e incluso violencias como la sexual, fisica, psicologica y economica.

“Todas esas violencias retrasan el proceso de que las mujeres y otros grupos poblacionales se vinculen a procesos electorales, cuando tienen que pasar por todo eso para acceder, pues prefieren no hacerlo y dejar el espacio allí, a los mismos de siempre[…] una cosa es el derecho que hay de elegir y ser elegido[a] y otras son las posibilidades que hay para acceder a ese derecho”, enfatizó.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe -CEPAL-, la presencia de las mujeres en cargos de poder y toma de decisión son importantes porque permite:

  1. Avanzar en la igualdad de género y la cultura democrática en América Latina y el Caribe
  2. Incidir en las políticas públicas de igualdad de género para el logro de la igualdad sustantiva.
  3. Incorporar las propuestas y demandas del movimiento de mujeres y feministas, que, gracias a las alianzas con mujeres pertenecientes a partidos políticos, se han transformado en propuestas de leyes y políticas públicas. 

En el informe ‘Participación de las mujeres en la toma de decisiones en América Latina y el Caribe’ presentado el 8 de marzo de 2023 por CEPAL, de los 19 países a los que les hacen el seguimiento, solo nueve han avanzado en la paridad, mientras que los otros diez -dentro de los que está Colombia-, aún no tienen una normativa fuerte para que en todos los escenarios políticos, no solo electorales, haya igualdad.

Por otro lado, la MOE indica que, “del 29 de octubre de 2022 al 29 de abril de 2023, se han registrado 65 hechos de violencia contra lideresas políticas, sociales y comunales que incluyen: 49 amenazas, 6 atentados, 6 asesinatos y 4 otras manifestaciones de la violencia contra la mujer en política (VCMP), lo que representa un incremento del 141% en el número de agresiones registradas durante el mismo periodo de los comicios locales de 2019”.

Esa misma violencia que se ha señalado en este artículo hizo que el pasado 17 de julio, Liliana Alfonso Saboya, concejal de Restrepo, Meta y aspirante a la Alcaldía, desistiera de su ejercicio político por amenazas en contra de sus hijos(as).

“A pesar de mi vocación por el servicio y el ejercicio político debo priorizar el bienestar de mi familia”, aseguró Liliana en un comunicado en el que denunció los hechos. 

El caso de Liliana tal vez tuvo algo de “boom” en redes sociales por el cargo de concejal que sustenta y por su condición económica, sin embargo, la realidad para otras lideresas del departamento que viven en territorios muy apartados o que no tienen la misma visibilidad que ella, es diferente, es por eso que activistas como Alejandra Mayorga y Nelly García hacen un llamado para que se visibilice el trabajo de las mujeres y se les reconozca los aportes a la construcción de paz, defensa y cuidado de la región y sus habitantes.

Así mismo, vale la pena destacar lo que que menciona Mayorga al referirse a los actores que ejercen estas vulneraciones en contra de las mujeres: “hay violencia de todo tipo que también la generan los directivos o personas que tienen cargos de poder ya electos o mujeres que son militantes o simpatizantes de esos partidos”; lo que se expresa en la individualización, persecución y estigmatización del ejercicio de control y veeduría que se hace sobre la gestión de mandatarios y parlamentarios en la región.

Entender la política más allá del ejercicio electoral

Uno de los puntos de partida de esta reflexión, es entender, como lo dice Alejandra, que no solo es votar por una mujer, pues esto no implica que vaya a abogar por la defensa de los derechos,  vaya a hacer una buena gestión o a gobernar/legislar a favor de las comunidades; por ello, el reconocer el trabajo social, el liderazgo y los intereses que la mueven, es importante.

“Que el tema de las mujeres no sea una campaña de nombre, sino que ojalá hayan tenido esa constante transformación y lucha, sobre todo, por algo que restringe la participación de las mujeres que son las violencias y si para ellas, las violencias es lo último para hablar porque no es tan importante, entonces, ahí tenemos el gran problema, porque estamos hablando desde el privilegio de poder yo acceder a un aval, a un reconocimiento social, sin pensar también en otras compañeras que por diferentes desigualdades sociales, hoy no tienen esa posibilidades”, sentencia.

Además, se debe entender que el ejercicio político no se resume a solamente el tema electoral y que se debe continuar capacitando y sensibilizando dentro y fuera de los partidos a las personas sobre las violencias basadas en género, la equidad, la desigualdad histórica que han vivido algunas poblaciones, entre otros asuntos que son vitales para que colectivamente se construya espacios seguros en los que se pueda hacer trabajo comunal, barrial, veeduría, control y aspiraciones a cargos de poder y toma de decisión sin sufrir violencia y sin que no se haga nada frente a estas.

¡Las mujeres están listas! 

“Las mujeres están listas, están preparadas desde hace mucho tiempo; vemos como figuras políticas se han gestado desde la juventud para estar en estos cargos de toma de decisión”, afirma Nelly.

Pese a estar listas, la elección de las mujeres en cargos como la Asamblea o el Concejo ha disminuido, teniendo así que, en los últimos 12 años, del periodo 2012-2015, se eligieron a dos asambleístas de los 11 que normalmente se eligen; del 2016-2019, tres y del 2020-2023, dos; mientras que en Concejos como el de Villavicencio, donde se elige a 19, del periodo 2012-2015, hubo dos concejalas; del 2016-2019 dos y del 2020 al 2023, ninguna hasta abril de 2023 cuando Felipe Carreño (Q.E.D) renunció a su curul para iniciar con su candidatura a la Gobernación y fue reemplazado por Yenny Montaña del partido Cambio Radical.

“Lo que he percibido es un avance en algunos espacios políticos electorales de las mujeres, por ejemplo los edilatos, algunas Juntas de Acción Comunal, sobre todo en los municipios más apartados del departamento, pero es evidente que en otros cargos como la Asamblea, el Consejo y demás, en el último periodo legislativo disminuyó la representación y participación de las mujeres”, agregó Alejandra.

Esta baja obedece justamente a lo que se ha abordado en todo este artículo: LA FALTA DE GARANTÍAS en la participación democrática y paritaria de las mujeres, quienes, además de la violencia que encuentran a diario en las calles, hogares e instituciones, deben enfrentarse a la instrumentalización de sus luchas, la inequidad y el falocentrismo que existe al interior de partidos y movimientos en los que se prioriza la voz y la candidatura de hombres.

“Es una invitación a otros partidos políticos a que le den mayor oportunidad, para que les brinden mayores opciones, para que las mujeres ahora tengamos una representación digna en estos espacios”, concluye Nelly.

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